
Ha habido diversos esfuerzos por estudiar con fundamento la relación entre la depresión y su influencia en el rendimiento académico ya que Dueñas (s/f) menciona que aquellos estudiantes que padecen depresión sufren los síntomas en silencio, siendo elevada la presencia en mujeres. La depresión afecta la vida estudiantil a nivel cognitivo, conductual, emocional y afecta a cualquier nivel socioeconómico, mediante problemas familiares, dificultades académicas entro otros factores. Mencionando también Cantoral, Méndez y Nazar (s/f) que la depresión presente en la adolescencia se asocia a conductas violentas, bajo rendimiento académico y consumo de sustancias adictivas principalmente en varones.
Adicionalmente a lo mencionado, en eventos depresivos leves y moderados, es frecuente una alteración del estilo de vida del sujeto. La actividad escolar se ve afectada, pues la depresión no sólo perturba el estado de ánimo en forma abstracta, sino que esto se concretiza claramente en la vida diaria, al modificar costumbres básicas como dormir, comer, hacer vida social y practicar ejercicio, etc. El sueño a menudo se ve alterado en las personas con depresión, que tienden a dormir demasiado poco o bien en exceso. Los principios del sueño organizado (conocidos como higiene del sueño) implican tener horas habituales para ir a la cama y despertarse, reducir la dependencia de las siestas, disminuir el consumo de estimulantes como la cafeína y crear un entorno para conciliar el sueño lo más favorable posible (Capaldini y Harrison, 2004).